24. sep., 2022
Deisy
Xiomara se tiró sobre la grama, es que para ese tiempo algunas calles tenían esa alfombra verde natural de gramíneas que para disfrutarla había que competir con las coloradias; se miraban las estrellas, era una noche donde hacer apuesta por quien más las contaba era emocionante, seguro que Xiomara no dudó en contarlas mientras esperaba a Deisy.
Minutos después salió y para sorpresa andaba la misma blusa de flores grandes y colores profundos: no te has cambiado, ella tocio y dejó ir, en palabras, su amargura: no iré. Se tiró en la grama, sus manos en un nudo atrás de su cabeza, la luna también las acompañaba y hasta era probable que el brillo en su mejía era una lágrima.
Xiomara decidió acompañarla en aquella velada nocturna bajo las estrellas y la luna; pasadas unas horas la música fue arrastrada, junto a aquella voz que hacía enredar el corazón de la joven mujer: oí como canta, que bella voz, pero el próximo sábado nos vamos a verlo en el estrado al ritmo de los Angelitos Verdes.
Si, Luis Mendoza me parece el mejor vocalista, así lo dice quien escucha a los Falkon por donde pasan. Me alegra Xiomara que pienses así, no se si estoy enamorada de él o de su voz, oí como canta, me vuelve loca.
La noche seguro se negaba a retirarse, pero lo hizo; seguían contando estrellas y escuchando lo que el eco era capaz de hacerles llegar. El órgano dejó escuchar el arreglo que con tremenda satisfacción, Julio López, hacía en cada tecla una armonía genial que indicaba que había terminado la fiesta, seguido el saxofón y la trompeta se juntaban en tropel en los labios de Tosta y Pablito, mientras el requinto en los dedos de Santos junto a los tambores, en las manos de Valerio, soltaban la armonía musical en aquel estreno del merengue: "Rosita la cholutera" en la voz de Chobebo. La música en inglés interpretada por Roberto emocionó en el salón; pero en aquella grama una mujer suspiraba por Luis Mendoza siendo testigo su amiga, la luna y las estrellas.